Generalmente, con algunas excepciones, las cantidades son para cuatro personas.

Entrada destacada

ÍNDICE EN ORDEN ALFABÉTICO

sábado, 14 de abril de 2012

Merengue Suizo

Para hacer un merengue existen tres métodos diferentes: el francés, el suizo y el italiano.
El más sencillo es el francés, que consiste únicamente en batir las claras con el azúcar hasta que queda bien firme, Podemos batirlo a mano pero resultará muy laborioso por lo que es mejor utilizar unas varillas eléctricas o un robot.
Los inconvenientes de este merengue es que si no se utiliza en el momento se baja y suda, por lo que si va a formar parte de alguna tarta u otra preparación que se va a conservar un tiempo es mejor decantarse por el italiano o el suizo, que además al llevar algún tipo de calor en su elaboración hace que sea menos peligroso en caso de guardarlo algún tiempo.
El italiano consiste en montar las claras y luego ir añadiéndole poco a poco almíbar a punto de hebra caliente y batir hasta que se enfría. Es un merengue muy consistente que no se baja ni suda.
El suizo, que es el que presentamos en esta entrada, es parecido al italiano pero en lugar de añadir el almíbar caliente, calentamos las claras con el azúcar al baño de maría antes de empezar a batirlo.
A cualquiera de ellos le va bien añadirle, una pizca de sal o una cucharada de zumo de limón para que las claras se estabilicen mejor.

Ingredientes:
4 claras de huevo
300 grs. de azúcar

Ponemos las claras con el azúcar al fuego, al baño de maría, las removemos hasta que el azúcar esté bien disuelto, que las cojamos entre los dedos y no encontremos el azúcar. Tendremos especial cuidado de que la temperatura no pase de 60º porque entonces las claras empezarían a cuajarse.
Yo las puse en una jarra medidora de pírex y ésta dentro de una olla.
Las retiramos del baño de maría y las batimos a velocidad alta hasta que se enfríen.
Pensaba batirlas con el robot Kenwood, pero luego lo hice con la batidora de mano y así ya lo batí en la misma jarra.


Queda un merengue más consistente que el francés, que no se baja, ni suda.
Podemos aromatizarlo con la esencia que más nos guste: vainilla, limón, canela… y colorearlo con colorantes alimentarios.
 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios: